Vuelva usted en un rato

jueves, 2 de septiembre de 2010
Yo, co-dueño de este blog, soy más bien poco dado a escribir en él. Debido a la vagancia pura, al hastío que me produce escribir sin ánimo de lucro, en general, mis apariciones por aquí son más bien no escasas si no nulas.

Ello se debe también a la escasa capacidad que tengo para buscar temas novedosos y/o que generen interés en el lector. El de hoy cumple lo primero aunque dudo que no lo segundo, pero aún así, no quiero dejar escapar la oportunidad de darle otro palete a nuestra querida casta de funcionarios.

A mí, que una persona oposite, me parece lo más digno, sacrificado y, ¿por qué no? sabio del mundo. Total, una buena plétora de estudios universitarios y derivados no sirven más que para acrecentar la ingente cantidad de parados de hoy en día. Yo mismo me planteo convertirme en un homo opositor de aquí en un tiempo. En muchas ocasiones además el trabajo en la res publica es la única posibilidad de entrar en el mundo de verdad: cuando hay que ganarse el pan con el sudor de la frente.

El problema de todo esto es que la casta funcionaria-administrativa, esto es, los burócratas y escribanos de toda la vida de dios parece que toman esta solución como un camino a la indolencia y vagancia más extremas. Ya hablé en su día de la anécdota del COIE. Lo que me ha tocado los cojoncillos hoy (literalmente) ha sido la burocracia hospitalaria. Cuento el caso.

Andaba yo preocupado por una leve entrada a quirófano que tenía hoy y de la que no daré detalles. Llego al hospital con mi madre y tras aguardar cinco minutillos en la Sala de Espera, me llaman. Cumplo los trámites sanitarios de entrada al quirófano y salgo de él con un humor excelente y tras haber tardado en todo el proceso que llevaba una hora escasa.

Al salir mi madre tenía que pedir un justificante para el trabajo, así que esperamos que venga la chica de recepción que "era la única que podía hacerlo", le dijo a mi madre mientras a mí me metían mano. Salimos y vemos sorprendidos que la muchacha no está. "Habrá ido a desayunar" dice mi madre. El tener un trabajo que te permita ausentar responsabilidades más de 10 min es un lujazo auténtico. De hecho, en las siete empresas donde yo he trabajado sólo he podido hacerlo en una.

Lo que mola de esperar en los hospitales nuevos una vez has salido de aquello que tenías que hacer y sin malas noticias, es que te sientes tranquilísimo, y como nuevo que es, me dediqué a mirar el buen acabado del alicatado, las espléndidas vistas de la ventana y a la fauna y moradores: pacientes, médicos, enfermeros, auxiliares, familiares... y demás tropa. Eso está bien hacerlo los primeros veinte minutos de espera.

Los siguientes veinte, es decir, del min. 20 al 40 esperando porque alguien ha bajado a tomar un café, ya tocan un poco los cojones ya que el abanico de cosas que uno puede hacer se va cerrando cada vez más. Impacientado y molesto por la ausencia de la persona que estaba trabajando, decido bajar a la entrada principal del hospital para saber si dicho justificante me lo puede hacer otra persona. Cosa lógica por otra parte. Pregunto en información y me dicen que sí, que vaya a la ventanilla equis para ello. Cuando me acerco a dicho cubículo y espero tras dos personas debidamente atendidas (doy fe) veo como la mujer se levanta, saca el paquete de tabaco... ¡y se marcha!

"wow, esto es la leche" pienso yo. Entonces baja mi madre y pregunta en la ventanilla de antes que qué pasaba con la primera chica ausente. La mandan esperar un rato y le dicen que ya está arriba. Le digo a mi madre que suba y yo espero a la mujer del pitillo a ver si hay suerte y llega antes. Cuando veo que dicha señora se acerca veo como mi madre baja de la sala en la que esperamos antes con el justificante hecho.

Total: entrada a hospital + "pre-operatorio" + "intervención"= una hora escasa.
Salida de quirófano y tiempo de espera a la burocracia = hora diez minutos

La entrada tiene poca emoción, pero da que pensar que el mayor tiempo de espera en un hospital se deba a que un fulano tenga que firmar y poner un sello en un papel más que a la propia causa de visita a dicho hospital... juzguen ustedes.

3 comentarios:

Silviaela dijo...

Bueno, igual has tenido mala suerte... pero eso es muy español ¿no? tomar pausas para el café y el pitillo. Bueno, yo creo que hay sistemas clínicos peores ¿Te has operado? Espero que estés bien¡!

Silviaela dijo...

ah... y un placer leerte :)) ¡escribe más amenudo!

Dain dijo...

Pues yo es algo que tengo que aprender. O empiezo a priorizar el tomarme mi tiempo para cada cosa en vez de estar pendiente de si el siguiente paciente va a tener que esperar 10 minutos, o me acabarán dando por el orto.

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