Mientras tanto, en España...

miércoles, 29 de junio de 2011

Esta semana escribí un comentario a un artículo que creó mucha simpatía en meneame. El artículo hablaba de cierto cartel del 15m en el que se leía la expresión "todxs los vecinxs", tal cual, con el "los" sin equis. Para el que no lo entendiera en su momento, este cartel evidencia que el redactxr del cartel escuchaba en su mente alto y claro "todos los vecinos", pero algo llevó a su mano a teclear esas escasas dos equis en el diseño final. La o de "los" es la prueba de que en su mente es un/a cochino/a machista/o.

Mi comentario fue el siguiente:

La lengua no es machista. Si no, mira:
Un conjunto de hombres armados en barco: una armada.
Un conjunto de de hombres musicalizados: una banda o una orquesta.
Un conjunto de hombres caballeros: la caballería.
Yn conjunto de hombres con espadas: la infantería.
Un conjunto de hombres bárbaros: la horda.
Es lo que se llama el plural femenino colectivo. El lenguaje a veces sigue derroteros inesperados, como en vez de poner una -s al final de la palabra, cambiarla al femenino.
Hay que buscar el sexismo donde lo hay (sueldos más bajos, bajas de maternidad, puestos de responsabilidad) y no donde no lo hay.
Y no me habléis de visibilidad en el lenguaje... si eso fuese cierto no habría un solo astronauta... hombre, claro.
.

Plas plas plas, aplausos.
152 almas anónimas me votaron como positivo. Siento algo parecido a orgullo, aunque me valga de bien poco.
Mi opinión, por si no queda clara, es que habría que dejar las cosas superficiales para el final, ya que la utilización de los, los/las o lxs es el menor de los problemas a los que se enfrentan las mujeres.
Mientras tenemos este tipo de debates sobre el machismo o no de la lengua española, sobre si hay que decir feminimo o hembrismo a este tipo de críticas... mientras tenemos estos debates improductivos y bizantinos, en España están sucediendo atentados terribles contra la dignidad de las mujeres (y no nos engañemos, a la de las mujeres y por extensión a la dignidad del género humano).
En Menorca, en Sant Joan de Citadella, se ha agredido sexualmente a varias mujeres durante esta semana. Han sido ataques en masa, contra mujeres individuales, indefensas, a plena luz del día y delante de muchos testigos.
Según se lee en los artículos (aquí y aquí), tres han sido las mujeres que han denunciado estos abusos. Solo dos de los agresores han sido detenidos (sospecho que para volver a ser dejados en libertad inmediatamente), y el juez ha desestimado que la agresiones tuvieran un carácter sexual. Solo se presentarán cargos por lesiones.

Desde mi pequeño rincón de internet me gustaría pedir a todos los activistas que pongamos nuestro grano de arena en este asunto.
Emails a los jueces o políticos que sea necesario para que corrijan su actitud y sea considerado agresión sexual.
Presión para que se busque a los hijos de puta que faltan por encontrar.
Que la gente que estaba allí testifique contando lo que vio.
Concrentraciones de presión frente a los juzgados para que el juez cambie su actitud.
Difusión máxima de esta noticia y de los nombres de los agresores y el juez: escarnio público.

La realidad del sexismo es muy dura, y no se soluciona cambiando una vocal en la palabra vecinos.
Tan dura como esto, que es la prueba de lo que mientras tanto estaba sucediendo en España:


Espero que no se nos olvide que existe un mundo real ahí fuera, un mundo que me produce absoluta repugnancia y que exijo que cambie. Quizás, si hubiéramos trabajado con tanta contundencia como ponemos en discutir sobre el lenguaje en castigar estos actos, no habrían ocurrido.

Etiquetas

miércoles, 22 de junio de 2011
Vivimos en una sociedad en la que tenemos que clasificar, generalizar y ponerle un nombre a todo. Si no, parece ser, que no nos quedamos tranquilos. Pero se nos escapa que, al intentar dar un nombre a cualquier grupo, movimiento o conjunto de personas simplificamos, en ocasiones, de manera desorbitada.

Véase por ejemplo, la etiqueta “ANTISISTEMA”. Muy de moda estos días, y aplicada a los manifestantes que protestan en Sol, en las calles y ante los parlamentos de toda España. A todos nos viene a la cabeza la imagen clara y nítida de un antisistema: delgaducho, pelo “raro”, sudadera con capucha y con trazas de ir a cometer algún acto violento. De hecho, la primera imagen que sale en el buscador de Google, es esta:



Veamos ahora la definición de “antisistema” de la RAE:

1. adj. Contrario al sistema social o político establecidos.

Yo no veo por ningún lado las palabras “violento”, “radical” o “peligroso”, en cambio las escucho todos los días, todos, en boca de personas anónimas o en medios de comunicación para referirse a los que protestan contra el sistema, en efecto, el que tenemos actualmente, y que está putrefacto a estas alturas.

No veo por qué es una correlación inamovible que el ser un antisistema sea algo negativo, simplemente porque alguien en un determinado momento hace un par de años, en el que se cometieron actos vandálicos para protestar contra la globalización, dijo: “Eureka! A estos les llamaremos “antisistema”, así, ¡en plan general!”. Debería haber abierto un diccionario y buscar algo que defina un poco mejor “actos vandálicos” y no una palabra que a lo que se refiere es a estar en desacuerdo con unas reglas preestablecidas y que en ningún momento implica violencia.

A algunos les puede parecer algo sin importancia, o una mera forma de llamar a los manifestantes. Sólo recordarles que el lenguaje es la manera que tenemos para comunicarnos y lo que es más, la manera que tenemos para pensar. No pensamos en conceptos abstractos, pensamos con palabras, y deberíamos por ello ajustarnos más a lo que significan. Etiquetar a alguien significa estigmatizarle, en cualquier ámbito de nuestras vidas. No creo que haga falta mencionar que a nadie le gusta que le etiqueten como “enfermo”, “loco”, “facha” y no creo que haga falta recordar qué suele pasar con etiquetas políticas o pseudopolíticas, tipo “rojos”, “comunistas”, “ateos”, etc. en momentos, llamémosles, no muy democráticos.

Me declaro pues, abiertamente antisistema. Antisistema de ESTE sistema que tenemos ahora y que nos deja totalmente indefensos ante las decisiones de políticos que a su vez sólo obedecen a los bancos. Parece que mi único derecho es el voto, además de ser una obligación. Un voto que irá a parar a un candidato que alguien ha elegido por mí y que una vez hecho presidente, no me representará a mí, sino a un directivo de empresa/caja de ahorros podrido de pasta y ávido de más. Una democracia en la que voto un programa político que luego no se cumple ni por asomo. Una democracia en la que mi voto no cuenta igual que el de otros ciudadanos, en la que los partidos que me pueden llegar a interesar, necesitan el triple de votos para tener representación que los que necesitan los dos grandes. Una democracia en la que unos votan a ciegas y obviando cualquier barrabasada y los otros votan por miedo a que no gobiernen los primeros. Y lo mejor de todo es lo que oigo en algunos medios: que no me puedo quejar porque yo tengo una democracia y no sé lo que es vivir en una dictadura.

Dictadura es absolutismo, autarquía, autocracia, dominio, fascismo, totalitarismo.

Indefensión es desamparo, desvalimiento, desprotección, abandono, extravío, debilidad, aislamiento.

¿Por qué tengo que elegir la menos mala? Me quejo porque no quiero ninguna de las dos.

Carta a los políticos: por qué no basta con votar y con respetar la ley

miércoles, 15 de junio de 2011
Me gustaría remitirme a los políticos y otras personalidades que han manifestado ultimamente una opinión que en principio parece muy sensata y muy razonada. Se trata de que los "indignados" o movimiento 15M cometen un grave error y casi un asalto contra la democracia al tomar las calles (ilegalmente) manifestarse frente a los parlamentos (ilegalmente) e incluso insultar e increpar (ilegalmente) a diputados, concejales, alcaldes y otra gente del mismo oficio. Concretamente tengo en la cabeza las declaraciones de José Bono de hoy, y las de Esperanza Aguirre.
Les pido, pues, que lean esta carta abierta, y a todo aquel que le interese la opinión, también razonada, de por qué no basta con votar y respetar la ley, sino que es necesaria la desobediencia civil para protestar contra un gobierno que, como ya se ha dicho, no nos representa ni hace el más mínimo esfuerzo para representarnos.

1- La democracia no es un juego limpio.
Es una idea falsa la de que todo el mundo puede llegar a ser presidente si sus ideas convencen a los votantes, y me sorprende que aún haya gente que se lo crea. Las posibilidades de que una idea buena y coherente lleguen a buen puerto son las mismas que las que tiene un cervatillo a la hora de enfrentarse contra un tigre hambriento.
Esto que digo no tiene nada de despechado ni de demagogo, es simple lógica. Para que la gente te vote, sea por la razón que sea, tiene que conocerte. Para conocerte, primero tiene que oír hablar de ti. Para eso, muy a pesar de la democracia, hace falta dinero. Mucho dinero. Muchísimo dinero. ¿O acaso toda la propaganda que nos inunda en la época de campaña se la regalan los medios a los partidos? No. Hace falta una cantidad ingente de dinero para conseguir eso. Los partidos recurren a financiación de dudoso origen privado, de grandes poderes que les apoyan a cambio de ser apoyados cuando lleguen al gobierno.
Por lo tanto, no les basta a los indignados presentarse en forma de partido, necesitan una financiación que nunca obtendrían, ya que sus ideas no van a gustar a ciertas entidades, bancos sobre todo, que financian a los partidos mayoritarios.
El mejor ejemplo posible es el acuerdo permanente de PP y PSOE sobre bloquear la dación del piso en caso de no poder pagar la hipoteca.

2- Los partidos no cumplen sus promesas y hacen cosas que no estaban en programa.
Razón fundamental para no creerse la cantinela es la de que los partidos no cumplen sus programas y una vez en el poder hacen cosas que no habían dicho que harían. ¿O acaso los funcionarios acudieron en masa a votar al PSOE sabiendo que les recortarían el sueldo? El único mecanismo por el cual el ciudadano puede votar responsablemente es el programa electoral, y si este no es cumplido a rajatabla, no tiene ningún sentido votar. ¿Se acuerdan del carril bici por el centro de Madrid? ¿De la ventanilla única? ¿Otan no? y en sentido contrario ¿De la guerra de Irak? ¿Alguien la votó? ¿De la privatización de la sanidad y la educación? No sale en el programa, así que esto no es democracia, es dictadura selectiva. Votamos a un dictador para darle cuatro años en los que puede hacer lo que le dé la gana.
Única solución contra esto: protestar en la calle.

3- Derechos inalienables.
Vamos a las urnas para decidir ciertas cosas, tales como si queremos soterrar la m-30 o dejarla como está, si queremos reformar la ley electoral o dejarla como está (ver punto 2), o tirar por la educación laica. Pero hay ciertas cosas que no se votan, porque la democracia tiene unos límites bien marcados. Por ejemplo, por mucho que el 51% de la población votara matar al 49% restante, es de cajón que eso no es democracia. De igual manera, no se pueden recortar los derechos de los trabajadores como si nada. No es una cuestión de juego democrático, ni de votar a un partido u a otro. Hay ciertos derechos que son irrenunciables, y que, independientemente del partido que gobierne, no pueden ser usurpados. Derecho al trabajo digno, a la vivienda, al bienestar, a la sanidad pública y gratuita... están más allá de la democracia electiva o de la democracia en cualquiera de sus formas.
Así que cuando un gobierno trata de quitarnos esos derechos, juntando esto a los problemas 1 y 2, solo nos queda la protesta.

Podría extenderme, pero sospecho que menos es más.
Por lo tanto, pediría a los políticos que dejen de mentir, que reconozcan nuestro derecho a la protesta y a tantas otras cosas, y que desistan en su actitud de usurpación y latrocinio.



PD: mientras escribía esto, he leído que algunos diputados catalanes han sido "zarandeados" por los indignados de Barcelona. Dicen que esta violencia "deslegitima" al movimiento. Si es así, el gobierno "democrático" está deslegitimado desde hace bastante tiempo. A la vez, 500 indignados han obstruido y evitado el desalojo de su piso de la familia de un un inmigrante en el barrio madrileño de Tetuán. Me da que pensar que seguir e increpar a un diputado que no hace nada por nosotros y se lucra con ello sea antidemocrático pero entrar en la casa de un trabajador en paro para echarle a la calle sea legal. Espero que sientan un poco en sus propias carnes de qué va el rollo de ser un trabajador en época de crisis. Es la única vía de cambio que nos han dejado.


"Bajo un gobierno que encarcela a la gente injustamente, el sitio adecuado para una persona justa es la cárcel".
Henry David Thoreau, Ensayo sobre la desobediencia civil

La mejor forma de protestar en bicicleta

jueves, 9 de junio de 2011
Tiritas. 4€
Una bicicleta prescindible. 40€
Una multa por no conducir por el carril bici de N.Y. 50$

ESTRELLARTE A PROPÓSITO CONTRA UN COCHE PATRULLA MAL APARCADO. ¡NO TIENE PRECIO!


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