Volvía de trabajar en Móstoles e iba a entrar en el Cercanías. Una chica ciega que estaba en el andén trasteaba entre la muchedumbre con su bastón para encontrar la puerta del vagón; me iba a acercar para ayudarla y por mi cabeza pasaron maneras de hacerlo como "¿te ayudo?", "¿necesitas ayuda?".
La chica iba vestida con una camiseta blanca y un jersey de color rojo intenso, como el de una barra de labios, e iba teñida de pelirroja. Me pregunté quién demonios le había explicado cómo conjuntarse, y sobre todo, quién le habría empujado a teñirse el pelo. ¿Un novio? ¿Una amiga? ¿Qué clase de novio o amiga de una ciega le dicen que se tiña el pelo?
Mientras pensaba esto, un chico negro que había a mi lado, y que probablemente pensaba lo mismo que yo, le puso la mano en el hombro a la chica, y, empujándola como se lleva a una caballo noble dentro de la cuadra, firme y confiado pero sin brusquedad, metió a la chica dentro del tren. La chica dijo un "gracias", pero él no dijo nada, y se metió dentro del tren a perderse entre la marabunta.
Primero, el pensamiento fácil pasó por mi cabeza: de entre todos los españoles que había en el andén, solo el negro la ha ayudado. ¡Cómo estamos!
Pero luego vi que lo que llamaba mi atención no era realmente eso. La imagen de la mano negra sobre el hombro de la chica... era una imagen que solo había visto yo. La chica, como ciega que era, nunca sabrá qué mano fue la que le ayudó a subir en aquel tren. Nunca sabrá que la mano que le empujó dentro del tren, esa mano salvadora y callada, era una enorme mano negra. ¡Si al menos el chico hubiese dicho algo, hubiese revelado una voz africana y cavernosa! Pero no dijo nada, y así se fue la chica hacia Madrid, con unos auriculares puestos (yo me senté luego delante de ella), pensando que había sido una común mano blanca anónima, y no esa mano negra, un poco salvaje y agreste, la única mano negra del tren, la que la había ayudado a entrar.
7 comentarios:
escribir por escribir eh!
me gusto tu post, saludos desde barcelona.
Me gusta! Yo me suelo parar tambien a hacer ese tipo de reflexiones extrañas. :)
Unos lo llaman escribir por escribir... otros literatura ;-)
o litter-atura, incluso.
mi amor a la sordidez y los tópicos me empuja a decir que habría sido aún mejor si le hubiera puesto la polla en el hombro para ayudarla a entrar.
memeces aparte, los poetas malditos viajamos en al C-5m diga ud que sí. aunque no seamos poetas y de malditos tengamos la razzia.
Esta historia me ha recordado a una frase
"Todos somos negros cuando se apaga la luz"
Modo coña Xeilord on:
A tu tataratatara abuela se la follo un negro, y salió un hijo mulato
http://www.youtube.com/watch?v=mQicYSyBIkU&feature=related
Modo coña Xeilord of:
Cuando dejemos de ver el color de la gente creo que será por una macro guerra o porque finalmente hemos encontrado la paz.
Me ha encantado el post, me encanta ver lo que sale de un simple pensamiento de s segundos.
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