Triple y catacrócker: espectacular final de la Liga Adriática de Baloncesto

martes, 27 de abril de 2010
Aquellos a los que gusta el baloncesto y tengan ya una edad recordarán cuál era la gracia de ver jugar a Michael Air Jordan. Uno no sabía nunca qué era lo próximo que iba a hacer: tirar un personal con los ojos cerrados, reventar la canasta con un mate telescópico o marcarla de la manera más rara del mundo mientras caía hacia atrás.
Pero lo más excitante era saber que si los Bulls iban perdiendo por uno o dos puntos al final del partido, Jordan se la iba a jugar en el último segundo. Se la iba a jugar porque lo hacía siempre. Siempre.




De hecho, uno de los momentos más duros de su carrera fue en aquella semifinal de 1995 contra los Orlando Magic en la que, perdiendo por un punto, Jordan perdió la bola intentando marcarse una de las suyas. Fueron eliminados.
Este tipo de jugadas es mucho menos frecuente en las ligas europeas, donde el juego es mucho más técnico. Sin embargo, de vez en cuando hasta los jugadores blancos dan el campanazo.
Esta semana fue la final de la Liga Adriática de Baloncesto, Partizan vs. Cibona. El Cibona ganaba de dos puntos a unos segundos del final. En su desesperación, uno de los partisanos tiró a canasta en el último segundo.
Desde el medio del campo.
Y ¡pum! Sucedió el milagro. El documento gráfico que aquí reproduzco recoge las caras que se les quedaron a los pobres jugadores del Cibona y muy especialmente al pobre entrenador. Merece la pena verlo.
Sufrieron el síndrome Jordan en toda su plenitud.



Ya me jodería a mí ser del Cibona, tener que llevar a Pacman en la camiseta y que además me la metieran así: doblada.

Malabareando sin escrúpulos: los Galchenko

lunes, 26 de abril de 2010

Un genio fue una vez a la URSS y les preguntó a un niño avispado y a su hermana cuál era su deseo. Le ofreció ser notario de Marbella, lo que él rechazo categóricamente. Ídem cuando a ella le ofreció ser la exnovia de Jesulín.
"Genio, queremos ser los mejores malabaristas de la historia". El genio, extrañado, se lo concedió y marchó hacia tierras más calidas, donde rodó, con un contrato de autónomo dependiente, el Aladdin de Disney. Nunca más se supo de él, excepto que gastó sus últimas perras en un casino de Marsella, agarrado a la botella y echando de menos tiempos pasados.
Con el tiempo los niños crecieron. Lo que para ellos antes había sido un juego, se convirtió en su profesión.


Vova is able to blur the transition between tricks so completely that it often seems
as if he's not doing tricks at all". Jason Fagone, The New York Times.

La verdadera historia seguramente sea un poco más cruenta. Un padre severo, largos entrenamientos, una infancia perdida. Dejando a un lado estos pequeños detalles de las causas, centrémonos en las consecuencias.
Olga y Vova son los mejores malabaristas de la historia de la humanidad. Esto lleva a lo siguiente: son virtualmente omnipotentes. Parece absurdo, pero vayan a donde vayan siempre habrá alguien dispuestos a pagarles un grandísimo montón de dinero para que hagan lo que mejor saben hacer, ya sea por publicidad, espectáculo o bizarría. Emigraron a los USA, donde a Vova le dio por los coches rápidos, uno de los cuales empotró, y a Olga por los estudios.
Se ha dicho que su malabarismo se asemeja a la perfección. Esto es una exageración, por supuesto. Pero no una de las más grandes que he oído:


"Beautiful- a kind of kinetic sculpture, a bravura display of human determination
bringing order to the chaotic physical world". Lev Grossman, Time.

Por desgracia, Vova parece compensar su grandísima habilidad con una actitud hacia la vida digamos poco compleja. Además de estamparse en coche él solito y casi echar tirar por la ventana lo que le da de comer, se dedicaba en su blog a comentar las virtudes del sistema capitalista frente a la cutrez del comunismo (recordemos que precisamente el comunismo es el que le ha amamantado). Prudentemente, su padre le ha debido aconsejar que dejase de escribir y se dedicase a lo suyo. Ha definido el malabarismo de la siguiente, triste, manera: "There’s nothing you can express through juggling. It’s just throwing and catching ...".
Algunos críticos, más apasionados del arte que él, han dejado las acertadas frases para su enaltecimiento que adornan los pies de video en este artículo. Para mí, Vova y Olga Galchenko han sacado el malabarismo desde su categoría de entretenimiento de perroflautas y lo han llevado a las cotas más elevadas del arte.

Somos rusos. Somos hermanos. Somos malabaristas. Estamos forrados.

Para acabar, os pongo mi vídeo favorito. Lo que más me impresiona es el momento en el que se pasa los bolos por debajo de las piernas en el jacuzzi, cuando hace malabares con cinco bolas sentado (no os imagináis lo complicado que es eso), y cuando baja las escaleras. Todo con la cara de soviético impasible que le ha ganado el apelativo de "Russian robot". Que disfrutéis.



Ou yeah, Vova, oh yeah.

Más, aquí:

3 normas de ortografía que nos pasamos por el forro

viernes, 23 de abril de 2010
Siguiendo el hilo de un comentario que acabo de leer en mi post anterior sobre las tildes, veo que aún hay mucha gente que me critica porque no conoce bien las normas actualizadas de la RAE sobre tildado. Por ejemplo, la mayor parte de los castellanohablantes sigue poniendo la tilde sobre solo cuando es un adverbio. Pues bien, he hecho una pequeña lista con los cambios más importantes.
Lo hago por tres motivos. El primero es el ánimo didáctico que me da los viernes por la mañana, ya que no trabajo y echo un poco de menos poner los puntos sobre las íes y quitar las tildes de los tíes (que en plural, creo que sí lleva).
El segundo es que me hace daño en los ojos ver esas tildes.

Pobre capitan Haddock:
seguro que Tintín escribe solo con tilde.

El tercero es que estoy harto de que la gente piense que YO pongo mal las tildes.
Antes de empezar, el enlace a la ortografía de la RAE. Y otro a una página de chicas poco vestidas, para alegrar la vista frente a tanta falta.

1º- Sólo/solo
Ya no existe sólo. No hay que darle más vueltas. No lo pongáis. No me pidáis que lo ponga. Olvidaos de él. Olvida mi casa, mi nombre, sal de mi vida...
La RAE dice que solo hay que ponerlo en caso de ambigüedad. Por ejemplo: "come lentejas solo" vs. "come lentejas sólo". Mi duda es... ¿cómo sabemos que cuando no lleva tilde es porque el escritor quería poner un adverbio, y no que se le ha pasado la ambigüedad? Respuesta: no podemos. Solución: habría que poner tilde en el adverbio siempre, y otro signo diacrítico en el adjetivo (por ejemplo, poner un pequeño símbolo de encima de la o del solo adjetivo).
Referencia: página 29, apartado 4.6.4.a.

Cada vez que pones sólo este palurdo saca otra peli.

2º- Este/éste y demás demostrativos
Lo mismo. No pongáis tilde. Nunca, joder. Que no. Es el mismo caso. Si el que escribe considera que hay ambigüedad, la pone. Si no, adiós tilde. Así que no me vengáis con gaitas de que se me ha pasado la tilde de un este, porque no lleva. Ejemplo de ambigüedad: "esta lechuga no come" (frase sin ningún sentido, por otro lado) vs. "ésta lechuga no come" (es decir, "esta chica, lechuga no come". Fijaos en que se soluciona con una coma mejor que con una tilde).
Referencia: página 26, apartado 4.6.2.

Hay que ser como Fonzie.
¿Cómo estaba Fonzie? Tranquiiiiii.

3º Las mayúsculas llevan tilde
Siempre. Es decir, siempre que lleven tilde cuando están en minúsculas, no nos pasemos.
Antes no se ponían porque las máquinas de escribir no tenían tildes a esa altura, pero los procesadores de texto modernos la pueden poner sin problemas. Otro motivo es que en francés no es obligatorio ponerla, pero... mirad el cartelito de Samuel L. Jackson y tendréis la respuesta.
Referencia: página 31, apartado 4.10.

No me no me, que te que te...

Así quedan las cosas. Ahora quiero corrección en los comentarios. Y sobretodo, no me vengan con que se me ha olvidado la tilde del solo. Y ante cualquier duda recordad la gran frase de Newton: "yo sé de estas cosas y usted no porque yo las he estudiado y usted no".
Lo digo porque seguro que habrá una horda de lectores ansiosos de encontrarme una falta con la que decir "ah, mira, se te ha olvidado poner aquí la tilde...".
Saludos, y hasta la próxima.

Save the Metal: el infierno musical de los 40 principales

miércoles, 21 de abril de 2010
Uhm. No sé dónde he leído algo que me ha inspirado para escribir esta entrada. Supongo que en algún panfleto amarillista prozoofílico.

Hoy voy a empezar a correr como un malnacido. Para ello me hace falta música cañera, obviamente. Run to the Hills y cosas así.
Había oído en algún bareto o en alguna fiesta una canción que me gustaba, y muy probablemente ni siquiera pregunté el título. Pero tengo muy buena memoria para reconocer las canciones que alguna vez llegan a mis oídos, además de que es casi seguro que cuando escucho estas cosas lo hago achispado, así que puede que hasta en otra sesión de embriaguez me salte de repente la melodía a la cabeza.
Como la canción persistía insistente en mis oídos, y sabía que era una canción de caverna metalera, pues no tenía ni puñetera idea de donde buscar, ya que en la lista de los 40 principales solo aparecen grupos que a partir de ese momento son considerados como malditos. Pero, qué demonios, si Metallica vendió su alma al diablo, igual el grupo de mi recién descubierta canción también, así que me metí en ella por si acaso y empecé a escuchar las canciones que allí listan.
Cuando iba por la primera sólo una expresión de dolor saltaba a mi lengua:

WTF!!!

¿Y esa es la música que la raza humana escucha? No, en serio. ¿De verdad la escuchan? Ya sé que yo vivo un poco en el siglo XI, que leo a Skinner como si fuera mi biblia y de vez en cuando se me escapa una voz rococó y gongorina, pero... ¿tan alejado estoy de los gustos actuales?
Deduje que no. Más que deducir, esperé, confié, tuve la ultimísima esperanza de que la lista de los 40 Principales la hagan para reírse de la gente. Que sólo cuelguen la bazofia más infame ahí.
Skinner, si me estás escuchando, apunta todo este material para seguir desarrollando teorías.
Me explico. Entiendo que haya gente a la que le guste Bon Jovi. A mí ya no, el pobre. Pero he de reconocer que Bon Jovi es respetable, a fin de cuentas. Ahora hace música horterilla, sensiblera, lo que queráis... pero música, y fue un grande del hard rock. Además, sigue dando el nivel en los directos. Pero, joder, ¿quién coño es Mago de Öz? ¿En serio podemos considerar que ESTO es metal? Yo no, y ellos van de eso. Anda y que les zurzan.
En serio, en serio, en serio, en serio...
La conclusión a la que he llegado, que aún tiene que ser revisada por el gabinete periodístico de Bastardos sin Honor, es que les gustan estas canciones por pura repetición en los medios. Allá donde vaya uno, se encuentra por todas partes con estas aberrantes creaciones; allá donde preguntes, la gente te dice que escucha estas abominaciones. Si no sabes quiénes son o cuál es su último hit, para la gente estás fuera de onda, no molas, no eres cool. Siempre usando un "gente" bastante abstracto e higiénico.
Mi investigación llegó a buen puerto, no en esa página infame e infamante de los 40, obviamente, sino en un video de youtube que un alma caritativa había colgado. La canción que buscaba era Thank You Pain, de The Agonist:



Sacude la cabeza, Alissa. Sí, así...

Lo mismo digo. Puede haber gente a la que no le guste, pero vaya, es música más que decente. Suenan instrumentos (batería, bajo, guitarras, todo a ritmos frenéticos). La chica canta e incluso gruñe bastante bien para deleitarnos.
Para gran sorpresa mía, la chica es una auténtica loba, no como esa mezcla de silicio y silicona a la que nos tienen acostumbrados las multinacionales discográficas. Como quería poder disfrutar de esta muchacha adecuadamente en el ordenador, aunque tenía fondo de pantalla, he pegado un guglazo y me he puesto este wallpaper (tachando las caras de los tíos, eso sí).
Solo tengo una cosa más que decir. Si lees esto, Alissa, y si sabes español y latín: collige virgo, rosas. Disfruta, Alissa, que estás muy buena y la vida es breve.
Déjame tu email y ya nos ponemos en contacto para destrozarnos mutuamente.

Alissa, este blog ya tiene musa: tú y tu pelo multicolor

Save the music: el infierno musical de los 40 principales

martes, 20 de abril de 2010
Hoy voy a empezar a hacer pesas. Para ello me hace falta música cañera, obviamente. The eye of the tiger y cosas así.
Había oído en algún bar o en alguna fiesta una canción que me gustaba, y muy probablemente había preguntado el título. Pero tengo muy mala memoria para los nombres de las canciones, además de que es casi seguro que cuando pregunto estas cosas lo hago achispado, así que nunca me acuerdo de los nombres.
Como la canción persistía insistente en mi cabeza, y sabía que era una canción de bar, me metí en la lista de los 40 principales y empecé a escuchar las canciones que allí listan.
Cuando iba por la tercera solo una expresión de dolor saltaba a mi lengua:

WTF!!!

¿Y esa es la música que la raza humana escucha? No, en serio. ¿De verdad la escuchan? Ya sé que yo vivo un poco en el siglo XVI, que leo a Petrarca y de vez en cuando se me escapa una voz arcaica y garcilasiana, pero... ¿tan alejado estoy de los gustos actuales?
Deduje que no. Más que deducir, esperé, confié, tuve la ultimísima esperanza de que la lista de los 40 Principales la hagan para reírse de la gente. Que solo cuelguen la bazofia más infame ahí.
Petrarca, si me estás escuchando, reza por nosotros.
Me explico. Entiendo que haya gente a la que le gusta Alejandro Sanz. A mí no. Pero he de reconocer que Alejandro Sanz es música, a fin de cuentas. Música horterilla, sensiblera, lo que queráis... pero música. Pero, joder, ¿quién coño es Lady Gaga? ¿En serio podemos considerar que ESTO es música? Yo no.
En serio, en serio, en serio, en serio...
La conclusión a la que he llegado, que aún tiene que ser revisada por el gabinete psicológico de Bastardos sin Honor, es que les gustan estas canciones por condicionamiento clásico. Van al bar, las escuchan borrachos, se lo pasan bien, y cuando van a casa piensan que la música era buena. Siempre usando un "ellos" bastante abstracto e higiénico.
Mi investigación llegó a buen puerto, no en esa página infame e infamante de los 40, obviamente, sino en video de youtube que un alma caritativa había colgado. La canción que buscaba era Hot 'n cold, de Katy Perry:



Mueve el ombliguito, Perry. Sí, así...

Lo mismo digo. Puede haber gente a la que no le guste, pero vaya, es música. Suenan instrumentos (creo que hay un tambor y una guitarra eléctrica de tres cuerdas detrás del sintetizador maquinero). La chica canta e incluso se menea bastante bien para deleitarnos.
Para gran sorpresa mía, la chica es una auténtica corderita, no como esa mezcla de silicio y silicona a la que nos tienen acostumbrados las multinacionales discográficas. Como me acabo de instalar Linux en el ordenador y no tenía fondo de pantalla, he pegado un guglazo y me he puesto este wallpaper.
Solo tengo una cosa más que decir. Si lees esto, Katy Perry, y si sabes español y latín: collige virgo, rosas. Disfruta, Katy Perry, que estás muy buena y la vida es breve.
Déjame tu email y ya nos ponemos en contacto.

Katy, este blog ya tiene musa: tú y tu parasol

5 motivos por los que Crepúsculo es objetivamente malo

domingo, 18 de abril de 2010

De gustibus non est disputandum: sobre gustos no hay nada escrito.
"A mí también me gusta la cocaína y las niñas de 15 años y sé que eso no está bien", decía el profesor de una amiga tratando de explicar en clase la diferencia entre lo que nos gusta y lo que es bueno.
Al igual que cuando nos ponemos enfermos no vamos a un chamán, sino a un médico, nosotros hemos acudido a un experto en literatura para que nos diga por qué, independientemente de que Crepúsculo guste o no, es objetivamente mala. Algo que en cierto modo ya sabíamos, pero de lo que él nos ha dado pruebas empíricas y razones concretas. Estas son:

5- Demasiado simple.
A uno le pueden gustar las cosas complicadas o las cosas simples, pero todo tiene un límite. La sintaxis de las oraciones está pensada para que todo el mundo, especialmente el mundo más iletrado, pueda leerla; es más, incluso un niño de teta puede articular frases más complejas que Stephanie Meyer. Pero, sinceramente, lo que me mata es la simplicidad de las descripciones:

Continué mirándolos porque sus rostros, tan diferentes y tan similares al mismo tiempo, eran de una belleza inhumana y devastadora. Eran rostros como nunca esperas ver, excepto tal vez en las páginas retocadas de una revista de moda. O pintadas por un artista antiguo, como el semblante de un ángel. Resultaba difícil decidir quién era más bello, tal vez la chica rubia perfecta o el joven de pelo castaño dorado.

La regla de oro para la buena literatura es que si quieres describir algo que es bello, HAZLO. No digas simplemente que es bello, sino describe el porqué. Haz que la descripción llegue al lector, le sugiera esa belleza, pero no le obligues a aceptar que el personaje es bello solo porque tú lo dices. Stephanie Meyer es una dictadora literaria.

No sé qué da más miedo, si su cara poligonal
o el polvo de talco que tiene encima. Le debe picar mucho.

4- Demasiado obvio.
¿Que la protagonista se llama Bella? ¿Bella Swann? ¿Cisne bonito? Venga ya... ¿Y que el chaval guay del insti se llama Cullen (<cool)? Muy original. Es más, ¿no sabíais que la chica se iba a enamorar perdidamente del vampiro y que esta le iba a seducir... ¿quién sabe por qué? El problema del libro es que responde a un esquema preestablecido y bastante viejo: el de las novelas de amor imposible (Romeo y Julieta, La Cartuja de Parma). A quiere a B, y B quiere a A, pero la familia de ellos, el estatus social, la raza, el vampirismo o que uno de los dos es un bonobo asesino impide que estén juntos.
Por si fuera poco, los dos personajes están más buenos que las lentejas de mi madre. Es una especie de Sensación de vivir vampirizada.

A los vampiros se los mata con ajo.
A esta sosa con echarle un poco de sal bastaría.

3- Falta de originalidad.
Esto es más grave. Además de que el libro entero es una versión adolescente con final feliz de Drácula, el inicio es una copia descarada de la estructura de Cien años de soledad. Para los que tienen la suerte de no haberlo leído aún, el libro empieza con un pequeño capítulo a modo de prefacio que cuenta la presunta muerte de un narrador en primera persona, suponemos que la propia Bella:

Nunca me había detenido a pensar en cómo iba a morir, aunque me habían sobrado los motivos en los últimos meses, pero no hubiera imaginado algo parecido a esta situación incluso de haberlo intentado.

¿No os suena de algo? Una pista:

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.

El narrador cuenta la muerte del protagonista. En ambos casos es falso, ya que ninguno de los dos, ni Aureliano Buendía ni Bella mueren. El recurso sirve para mantener la tensión de la muerte hasta que desvela que todo es un pufo.

Tengo algo que decirte. Tengo un caramelo en el bolsillo.

2- Deus ex machina: el argumento carece de coherencia.
¿Alguien sabe qué tiene ella para que él se enamore? Que yo sepa, ella es una niña poca cosa, y él es el tiobueno oficial del insti, que anda a dos palmos por encima del suelo. El argumento no resuelve sus conflictos mediante elementos propios de la trama, sino solamente porque Stephanie Meyer se ha dicho a sí misma: "porque yo lo valgo". Bella no hace nada para seducir al vampiro. No tiene especial gracia, es torpe, inútil, tonta. No hay razones, más allá de que es la protagonista, y alguien se tiene que tirar (bueno, ligar, porque hasta donde yo sé...) al vampirito.

No... no me beses. Languidezcamos en este prado.

1- Ataca a la libertad de la mujer.
Una niña lee este libro. Ella quiere ligar con vampiros, porque Cullen es cool y está buenorro. Como no tiene la cabeza muy amueblada decide que la única manera para conseguir esto es parecerse a Bella. Se pinta como ella, se alisa el pelo, se echa perfume de sangre fresca.
Pero cuando llega a la actitud, se jodió el Perú. Bella se traga silenciosamente toda la mierda del rol femenino tradicional: le cocina al padre, conduce mal, babea por el hombre, no sabe defenderse ella sola, se mete en problemas de los que solo el macho vampírico-ibérico puede sacarla, etc.
Y todo esto ella lo imita. Por si fuera poco, la actitud hacia el sexo de la novela es deplorable. ¿Habíais oído hablar de la liberación sexual de la mujer? Pues Crepúsculo se la pasa por el forro, como lo oís.
Explicación: Cullen quiere moderla-tirársela. Pero Cullen es un vampiro-hombre, y eso es malo. Ser vampiro-hombre es malo porque tiene impulsos destructivos tales como morder-follar. Bella está enamorada de Cullen, pero para que su amor sea verdadero y bueno, tiene que impedir que él la muerda-folle. Para eso tiene que casarse con él (¿?). Se casa con él porque en realidad no está hablando de morder, sino de lo otro que he puesto detrás del guión. Follar es malo, y Cullen no es un vampiro, sino un chaval de instituto que se quiere pencar a su novia. Si solo fuese malo porque es un vampiro, no necesitaría casarse.
¿O es que el matrimonio cura el vampirismo?
Habrá que hablarlo con Rouco Varela.
Qué novela más tremendamente conservadora...


Involuciones desgarradoras. Hoy: Natalie Imbruglia

viernes, 16 de abril de 2010
Natalie Imbruglia antes:







Natalie Imbruglia ahora:







De ser una auténtica preciosidad incomparable en su momento (fue elegida en 2004, a medio camino del largo tramo al que me refiero en esta entrada, como la sexta de las cien mujeres de mayor belleza natural de todos los tiempos -en el enlace, hay que bajar un poquito para ver la clasificación-; vale, una lista totalmente arbitraria como otra cualquiera, pero sirve para hacerse una idea) a una MILF de mediocre atractivo, putonería evidente y ninguna clase.
A mí, personalmente, me duele más que a nadie este cambio. Suyo fue el primer disco que compré (quién lo diría, teniendo en cuenta lo que escucho ahora), y ella fue mi primer amor platónico. Verla en los videoclips de canciones como Torn o Smoke hacían que mi corazón empezara a latir más deprisa, y que mis ojos no pudieran despegarse de la pantalla durante todo el rato en que estuvieran proyectando estas, por otra parte, más que vulgares grabaciones. ¿Qué tenían de especial? A ella. Los vídeos eran simples como ellos solos, pero tenían como resguardo que durante al menos el 90% del tiempo salía su rostro en pantalla. Suficiente. No todas las cantantes pueden decir que sean capaces de resistir eso. Ella ahora... tampoco. ¿Y cómo lo suple? Con carne: Want

Sería de ciegos afirmar que se ha convertido en un orco de Mordor (bueno, según). Sin embargo, no sería de sordos decir que su música sí suena como los gruñidos de tal ser. Lo que empezó con un disco de rock ligero, con temas más cañeros y otros más tristes, pero estando casi todo al menos a un nivel notable, ha ido degenerando cada vez más a un sinfín de baladas ñoñísimas y a algún que otro intento de plagio de Kylie Minogue (que, al fin y al cabo, a nadie debería sorprender este hecho, ya que ya empezó nuestra Natalie su carrera de actriz de la misma manera en que lo hizo su compatriota Kylie, en cierta serie australiana todavía vigente). ¿El resultado?, tras no lograr lanzar su disco ni en Estados Unidos ni Reino Unido, y que en los países en que sí lo pudo hacer apenas tuviera alguna venta, parece ser que esta ex-bella mujer ha decidido poner fin a su carrera musical, quizá para dedicarse a la moda o... a la actuación.

Pero por no hacer sangre, no comentaré este último punto, su faceta como actriz (que es a lo que creo que siempre ha aspirado ella); cualquiera puede acceder a su filmografía en IMDB y opinar.

En fin. Alguno si lee esta entrada me acuñará el término "follamisses", pero no van por ahí estas líneas. Se me hace duro ver cómo lo que yo creía un ser celestial en la tierra se va decrepitando paulatinamente hasta convertirse en una "atractiva" mujer vulgar más. También hay que tener en cuenta que ya tiene 35 años, y su "boom" se dio con 22, así que supongo que es normal cierta evolución, o bueno, en este caso, como indico en el título, cierta involución...
Una pena.

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Payasos sin honor: revisores-paquete de cercanías

jueves, 15 de abril de 2010
Payasos sin honor. En otras palabras: gente que me molesta.
Es innumerable la cantidad de personas que día a día hacen algo por molestar, por poner su granito de arena para que el mundo sea peor. Así a priori se me ocurren: políticos, trileros, carteristas, hombres-lobo, editores de best-sellers, redactores de revistas del corazón, la crew de cabina de este blog, programadores de Windows Vista y un largo etcétera que podría servir para rellenar la letra de cualquier canción de Sabina.
Dentro de este grupo hay un pequeño apartado para gente que en su trabajo se toca los huevos y se dedica a molestar a la gente de su alrededor. Esta es la experiencia que he tenido hoy con un payaso sin honor: el revisor-paquete de cercanías.

Su billete, por favor.

Estaba cruzando la compuerta grande de la estación de Cercanías de Móstoles, cuando un señor de profundos ojos azules me ha hecho un gesto y me ha dicho que para meter la bicicleta en el tren tenía que esperar hasta las diez. Yo le he dicho que conocía la normativa y que podía meter la bicicleta cuando quisiera.
Por suerte estaba saliendo de la estación, porque si me hubiese encontrado con este revisor-paquete en Madrid, muy probablemente no me habría dejado entrar con la bicicleta, y entonces sí que habríamos tenido un problema, porque yo sin mi bici puedo llegar a ser más persistente que la pava de No sin mi hija con la niña esa cursi.
Pero como la broma era poca, el revisor-paquete me ha dicho que si quería me enseñaba la normativa. ¡A las 8 de la mañana! Creo que había pensado que las cualidades turísticas de Móstoles me habían seducido tanto que había cogido un tren a las 7:45 a.m. para ir a visitar la capital universal del ciclismo deportivo, y que me podía permitir un cuarto de hora de alegre conversación con el pica de turno.
Llegados aquí, recordemos que Contador es de Pinto, no de Móstoles.
Yo le he dicho que me iba a trabajar, y en mi interior la vocecilla demoníaca ha terminado la frase con un "no como tú, compañero, que estás aquí tocándote los huevos todo el día". Como diría Kropotkin, gran diferencia entre un trabajo productivo, en el que me dedico a crear algo (el conocimiento de mis alumnos, que ya van entendiendo el sistema de tildado español, e incluso la sintaxis compuesta), y el suyo, absolutamente improductivo, en el que lo único que crea es mala leche entre la gente, a esa poco favorable hora de la mañana que no me atrevo ni a mentar de nuevo.
Y llega la hora de las pruebas empíricas. El revisor probablemente se refería a este párrafo:


Por supuesto, el revisor conocía algo de la normativa, pero no toda. Al parecer no los contratan totalmente descerebrados, sino que les dan un par de folios para que se los lean antes de ponerlos en las estaciones. Yo, como biciclista que soy, conocía este párrafo:


Así que, como suele decirse: yo tengo razón y tú no.
Por cierto que esta es una de las pocas normativas que he visto respecto a bicicletas en las que prima el buen juicio antes que el obedecimiento ciego a una ley absurda.
Como nota final, ¿os habéis dado cuenta de que escriben viérnes, con tilde? ¿Y Atocha sin A?

Eso es porque aunque eran legisladores buenos, seguían siendo legisladores.
No se le puede pedir peras al olmo.

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La cárcel I

lunes, 12 de abril de 2010
Quienes me conozcan, sabrán a lo que me dedico (sexar pollos), y probablemente también sepan que en los años 2006 y 2007 estuve yendo a la cárcel de Herrera de la Mancha, en Ciudad Real, como voluntario. Me interesaba porque lo mismo que iba a hacer yo lo iba a hacer un alumno de la UAM como practicum, y así yo dos años después podría hacer otro que me llamara también la atención.
Bueno, directamente, que me llamara la atención. La verdad es que tampoco era la ilusión de mi vida meterme en lo que yo creía sería un antro tenebroso rodeado de criminales. Pero... dejémoslo en que tuve mis razones, y que por lo menos interesante me parecía.

No comentaré demasiado acerca de la organización en la que ingresé, más que nada porque actualmente la maneja un infraser que avergüenza a mi profesión, un tipo infame que se dedica a gobernar dictatorialmente una ONG que tiene mucha más fama de la que merece, y que está en cuanto a prestigio en el mundo carcelario cuesta abajo y sin frenos; alguien que sin reparo alguno te amenaza por mail vilmente, que oferta trabajo clínico en su web sin tener los estudios necesarios, y que, probablemente, si lee esto montará en cólera y querrá comerme los cojones. Si lo lees, pequeño bastardo, que te den. No doy nombre de nada, dime lo que te apetezca.

Bueno, después de quedarme bien a gusto, continúo.
En nuestras primeras incursiones en prisión no teníamos un grupo definido y sólo realizábamos mini-entrevistas; amén de ir de módulo en módulo recolectando posibles “compradores”, aprender el siempre útil y sutil movimiento de lengua necesario con el que lamer el culo al superior de turno, y, supongo que lo básico, ir habituándose a un ambiente a priori hostil como puede ser una cárcel perdida de la mano de Dios. La verdad, es que yo particularmente esperaba encontrarme con algo bastante más sombrío y oscuro, ya no sólo por la posible actitud de la gente que por allí pululara, sino por el que creí sería el aspecto externo que podría tener el edificio.
Al llegar allí vimos que predominaban los tonos blancos y amarillos, y eso descargaba parte de la sensación de opresión que podía llevar conmigo; también ayudó el que permanentemente nos rodease un tufo a pan recién hecho realmente poderoso, si bien ya al entrar al lugar que teníamos designado, la biblioteca, cambiábamos el pan por el olor aséptico de aquellos lugares que nadie nunca frecuenta.

Nos dividieron en dos grupos, uno de maltratadores, para B y para mí (mantendré la confidencialidad de mis ex-compañeros), y otro de agresores sexuales/homicidas/pederasta, para A, I y M. A mí me atraía bastante más la idea de tratar con gente que hubiera podido cometer crímenes peores de los que correspondían a mi particular pandilla, pero igualmente me valía; al fin y al cabo, yo en parte me apunté por experimentar algo nuevo y por pulir ciertos defectos relativos al trato con el “paciente”, esto es, que guardaba demasiado las distancias y que tiendo al uso de un lenguaje quizá excesivamente alejado del usuario medio del mismo (que vale, sigo haciendo ambas cosas, pero ahora soy más consciente).
Como casi con la práctica totalidad de personas que conozco en un principio, yo me encontraba algo incómodo en los primeros viajes en coche que hacíamos para llegar a nuestro destino (qué le voy a hacer, soy un tipo introvertido). Quedábamos a las 7 de la mañana en cierta zona lejana al centro de Madrid para chuparnos un viaje de más de 2 horas que luego habríamos de repetir para volver, ya destrozados, a nuestros hogares.

A la única que conocía de antes era a B, no así a mis otros compañeros de inmersión por carreteras perdidas, A y M. A me pareció al principio un cretino, un idiota insoportable, un graciosillo estúpido; luego, muy lentamente, fui comprobando que, efectivamente, era todo lo que he dicho, pero ya me caía bien (muahuahuahua...). M parecía maja, pero no contribuyó demasiado a mi relación con ella que la nombrasen coordinadora de los grupos aparentemente a dedo (que no es que yo lo quisiera ser, ni de lejos, pero a mi ego esas cosas le resultan “afrentosas”); aún así, con M me llevé bien creo que desde el principio. También influía que M era mujer y A hombre, y yo ya estoy más acostumbrado al trato femenino tras varios años en la carrera. Bueno, no, es que A, en serio, me caía realmente mal...

Continuará...

Juro que nunca vi estas cosas en el tiempo que estuve...

Meme de la semana: Esperanza Aguirre did it

Queda instaurada esta nueva sección: memes de la semana.
  • Aznar habla catalán en la intimidad. Esperanza desayuna catalanes.
  • El día que salió presidenta, Esperanza Aguirre parió 102 dálmatas.
  • Esperanza Aguirre tiró el avión del presidente polaco. Con un soplido. Y no de la boca.
  • Esperanza Aguirre sube las escaleras de Rocky en 1'15. Con Silvester Stallone debajo de un brazo.
  • Esperanza Aguirre le enseñó el Kame-Hame al maestro tortuga. Fue ella quien le dejó calvo.
  • Esperanza Aguirre es la única persona que es leísta, loísta y laísta a la vez.
  • También es seísta. ¿Que eso no existe? Díselo tú, porque yo no me atrevo.
  • Esperanza Aguirre es como Hiro: master of time and space. Solo ella ha conseguido doblar el tiempo para que las colas de espera de 50 días sean en realidad de 30. Yattaaa!!!!
  • No hay ningún político en España, en realidad Esperanza Aguirre los controla a todos mediante ultracuerpos. El que la ha visto lo sabe.

Camareros, dinosaurios y bastardos en La Latina

Tarde de cualquier domingo madrileño de cañas por la Latina. Entramos en un bar atestadete de gente gañanaza, y de cuyo nombre no me acuerdo. Grasa en la barra, olor a humo y oferta de bravas de Amstel... "Esto es lo que nos gusta a nosotros!" pensamos. Me acerco a la barra y un muchacho cuyo nombre comienza por C me atiende. No me saluda, "tampoco lo necesito" pienso, no me atiende con cortesía "bueno..." pero me llama la atención cómo su torva mirada se desvía cuando hago el gesto de pedir "tres cervezas por favor", hacia cualquier furciaca cuyas pintas no recuerdo.
"No pasa nada, es un bar lleno de gente y el chico tiene mucho lío", pienso. Se acerca el camarero senior y le pido nuestra consumición. "C. por favor, ponle tres botellines a estos chicos". No mira a su jefe, no me mira a mí y creo que no nos ha oído cuando se acerca a la cámara frigorífica y saca tres dorados vidrios lleno de nuestro amado veneno. "Le has metido un gol a la educación, colega, eres el Messi de los malos modales". 1-0

Normalmente mis amigos me dicen de forma burlona que estoy particularmente adaptado para moverme y desempeñarme por lugares y con gente de dudosa corrección lingüística y peores modales. Y es cierto que a mí eso no me molesta. Ya sea porque nuestras vidas corrieron por derroteros distintos tras el colegio, ya sea porque por mi carrera y estudios he aprendido a ser afable, cordial y sacar lo que pueda de todo hablar con todo el mundo, o, simplemente, porque yo soy así. El caso es que por pura comodidad me han relegado a la putadesca función de tener que pedir lo que vamos a tomar en los bares, tarea que con más motivo hago cuanto más sucio y gañán parece el local en cuestión.
Pero yo no estaba preparado para C. No ese día. Contándonos nuestras vidillas y anécdotas de manera jocosa y jovial acabamos nuestros fétidos botellines y decidimos pedir una oferta. "6 botellines + bravas, 9 euros", que vemos en un cartel. Eso también es lo que nos gusta a nosotros. Y como yo estaba más cerca y había tratado ya con el individuo, me dieron mis amigos de nuevo las funciones de enlace y traductor contra C. Me cuesta lo mío que el colega me atienda, cosa que no me tomo a mal dada la piara en la que se había convertido la clientela del bar en ese momento. Hablo alto, muevo mi mano, gesticulo...y al fin logro hacer que me vea y venga.
Como los saurios más básicos, solo atiende a estímulos fuertes: sonidos y movimientos. A esa conclusión llegué cuando viene a mí y le pregunto por la oferta del rótulo en cuestión. "Pues es fácil, mira, lee el cartel" me dice... A lo que Jose piensa "ya sé que es fácil, y más para mí, leer, amiguete, cosa que dudo que tú puedas hacer con tanta soltura y eficacia". Las palabras no han servido de nada, ni la educación. C. me gana ya 2-0

"No, no, qué cómo va, que si son botellines, tercios..." Comprende de una jodida vez que sé leer, mejor que él, porque por la forma en la que hago mi pregunta inquiere que me he enterado perfectamente de todo y que he cogido al vuelo las 5 palabras y 29 caracteres que la unívoca oferta hacía, que se la estoy pidiendo, y que quiero negociar el que no nos ponga 6 botellines de golpe.
Me doy la vuelta ya con los botellines y bravas. Seguimos sacándole jugo a nuestras vidas a base de risas y cervezas y C. nos pone de manera exitosa y fructuosa la segunda tanda de botijos. "Let´s go out", hora de irse. Las frustraciones pasadas de mis encuentros comunicacionales con C. me han frustrado y agotado de tal manera que pido a uno de mis amigos que, por todos los santos, pida él la cuenta. Pero me acuerdo de Marv (¿¿era Marv o Hartigan??) cuando dice en Sin City "se acabó lo de actuar con discreción", así que le pido a C. que nos cobre. Obviamente, su escasa motivación, capacidad y distraída atención hacia el tetamen del lugar, hace que se equivoque. "El velociraptor sabe abrir puertas, C. no sabe hacer cuentas", pienso yo cuando rubrica con su palabra los 9 pavos de la oferta sin darse cuenta de la consumición que a modo de primera ronda habíamos hecho.

Pagamos con un billete de 20 y salimos de najas del garito en cuestión con las vueltas bien devueltas, 11 euros. Algo te hemos remontado, C., 2-1 gana la zafiedad a la picaresca, pero ese golito en el descuento nos supo más a gloria que a bilis tus malos modos y escaca capacidad de trabajar como camarero. Como cuando Leónidas le abre la carita a Jerjes en 300, esa lanzada le duele al persa más que al espartano la muerte. Ese gol nos sabe a gloria bendita y a 4 pavos de ahorro. Tú los vales C.

De por qué no poner tildes lleva al fascismo

domingo, 11 de abril de 2010
"Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas guardé silencio, porque yo no era comunista..."
-Martin Niemöller

Últimamente mi deformación profesional me ha llevado hasta el punto de no poder ver una falta de ortografía (ni siquiera la más leve tilde ausente) sin sufrir un escalofrío. Mis relaciones en Facebook se han resentido notablemente, ya que a cada mensaje suelo responder primero con una corrección ortotipográfica. Luego ya empiezo a leer lo que verdaderamente pone.


Pero el dato más inquietante de todos es que he empezado a ver una extraña relación entre la omisión de las tildes y el ya atávico fascismo español.
Como ya sabemos, la tilde es un marcador fonético predecible, es decir, que a partir del conocimiento de la pronunciación de una palabra podemos saber en el 100% de los casos cómo se va a acentuar (excepto las tildes diacríticas, como en y tu, que no son demasiadas y que se tienen que memorizar). Siendo deducibles, y conociendo todo el mundo las normas (es necesario para el graduado escolar), entonces, por qué la gente no las pone bien? Ese es el primer punto de nuestro recorrido.

1º- Del no poner tildes a la indiferencia. Si las tildes son predecibles y con un mínimo esfuerzo uno las pone correctamente, dejando aparte problemas más graves como dislexia u otros, es por pura indiferencia. La indiferencia no es un problema aislado, sino que se extiende como un pulpo por todas las facetas de la vida de uno. Uno no pone tildes y al día siguiente le da igual lo que le roba Repsol subiendo la gasolina cuando el petróleo baja. Al día siguiente le dan igual todos los negros muertos de hambre de África. Eso es el poema de Martin Niemöller.

2º- De la indiferencia a la ignorancia. Una vez estamos establecidos en la indiferencia, solo tenemos que dar un paso para alcanzar la ignorancia. La máxima humanista es la de "Homo sum, humani nihil a me alienum puto": soy hombre, y todo lo humano me interesa. Del interés se pasa al conocimiento, puesto que, como hombres, tratamos de profundizar en todo lo que nos interesa. Sin interés, esa profundización es imposible, lo que hace que caigamos en la ignorancia. Ignorancia del otro, ignorancia de quién es y qué es lo que quiere. Y al no saber quién es... caemos en el miedo.

3º De la ignorancia al miedo. Como los niños pequeños cuando se meten en un cuarto oscuro, el origen del miedo, de todo miedo, está en el desconocimiento. El miedo que nos interesa a nosotros ahora es el miedo al otro, claramente. El miedo al que, por no ser como nosotros y porque no nos interesa su cultura lo más mínimo, al final nos causa pánico.

4º Del miedo al odio social. Cuando este miedo a un individuo extraño (negro, moro, judío o pelirrojo) se convierte en el miedo a todos los individuos que son como él, es decir, a una clase o raza, se produce el mecanismo por el cual generalizamos y empezamos a odiar a todos los que son, o somos, como él. Y el individuo que odia, cuando encuentra otros como él, hace piña. Y siempre que hay un grupo social con un factor común, y especialmente cuando este factor es tan inflamable y tan irracional como el racismo, siempre surge alguien dispuesto a aprovecharse de la coyuntura.

5º Del miedo social al fascismo. Y este alguien es el fascista, que aprovecha ese miedo, ese odio social que es el racismo, para fortalecerse y hacerse con el poder.
Por lo tanto, amigos, no poner las tildes no es baladí. Poner las tildes forma parte de una actitud crítica y despierta frente al mundo que nos lleva a no dejarnos arrastrar por la ignorancia, no caer en el miedo, y rechazar el fascismo.

La conquista del pan: jornada laboral de un escritor medio frustrado.

martes, 6 de abril de 2010

Trabajar por la mañana es más indoloro que trabajar por la tarde porque el descomunal sueño de levantarse a las 7 hace que uno se plantee menos lo alienante que es la situación en la que está.

Esta mañana parece que el reloj se ha parado, aún me sobran 10 minutos para feisbuquear. Cuelgo estas mismas frases y busco en google un libro en pdf para el metro: La conquista del pan.

Pienso: "algún día mi jefe arderá". No sé si la revolución será televisada o twitteada, pero será por la tarde.

El reloj se come poco a poco los minutos y salgo de mi casa para coger el metro. Dudo mucho que a la vuelta siga tan inspirado, así que me cojo el cuaderno de notas que me han regalado por mi cumpleaños. En la portada pone "I would prefer not". La ironía me mata.
Ya en el tren, todas mis aspiraciones de escribir o leer son sistemáticamente derrotadas por las múltiples funciones que los teléfonos móviles traen incorporadas (todas para molestar). ¡Bachata a las seis, mi capitán! ¡Llamada a gritos a estribor!
Llegando a Móstoles, consigo leer algunas líneas que se me graban a fuego: "es necesario no haber visto nunca al pueblo laborioso manos a la obra: es necesario haber tenido toda la vida las narices entre papeles para dudar de ello".
En clase, mis alumnos ponen la tilde en ti. Mi trabajo consiste en hacer que cuando llegue el día del examen, en junio, ya no la pongan y sí la pongan en .
¡Ti no lleva tilde, hijo de puta!
El pueblo laborioso no sabe poner bien las tildes.
Vuelvo a casa y otra vez la bachata. Delante del ordenador, saco la libreta y copio lo que he escrito. Maldigo porque no tengo la metáfora fácil, sino más seca que un higo, como es habitual. Con la metáfora así no voy a llegar a ninguna parte.
La inspiración se ha ido. No habrá novela, poema o cuento. Tan solo la desgraciada historia de un escritor frustrado en un blog. Calculo cuánto hace falta para escribir un libro decente apartado de un trabajo alienante. Escribir un libro, dos o tres meses. Pagar tres alquileres, 180 comidas (al menos 30 de ellas calientes), 45 duchas, cinco bolígrafos, tres cuadernos, infinidad de copias, sellos, sobres y entrañas para mandar a los editores. Lo sumo todo y evidentemente no me llegan los cuartos. Pero eh, que puedo reducir el número de comidas y hasta el de duchas.
Quizás mañana...
Quizás mañana.
Quizás mañana queme a mi jefe y me ponga a ello.


Me encanta el olor a Napalm por la mañana!!

viernes, 2 de abril de 2010
Eso es lo que me gusta a mi!!! Despertarme y mirar cómo de manera bizarra y alocada cambia mi vida al son de mis idas monumentales de pinza, que no son ni buenas ni malas, sino tan inesperadas por las personas que sufren a consecuencia de ellas como por mí mismo cuando las ejecuto.

El caso es que ahora mismo estoy en una fase en la que todo está por venir, no sé si o bueno o malo pero sí que lo que tenga que venir lo hará carburado por un grado de sana locura que me ha reportado no pocas satisfacciones y felicidad en los últimos... ¿15 días? Puede ser, porque perdí la cuenta.

La locura es como el uranio, si la manejas bien y la concibes de manera sana y constructiva, te metes una de esas pilitas por el culo, y te la clavas hasta la materia gris... y funcionas de puta madre. Si la concibes como algo perverso (La Bastardía) es como usar dicho material para construir bombas para arrasar Hiroshimas y Nagasakis a mansalva. Yo he elegido usarla para bien, al menos, para el que yo considero que es el mío inmediato. También puede ser que me salga un Chernóbil o un Three Mile Island, que todo puede ser... el tiempo lo dirá, como casi siempre hace

Recetario: Risotto de setas "improvisado"

Jueves santo en Fuenlabrada, 17:30. Ni un alma por la calle, si acaso algún kinki y alguna choni buscando algún lugar en el que resguardarse de los rayos del sol.
Los 3 bastardos se saludan. Hablan primero sobre lo que tienen que hacer, una tarea no relacionada con esta entrada, y se disponen a llevar a cabo la pertinente adquisición de líquidos y sólidos que les permitan aguantar a cada uno la presencia de los otros dos.

Es ahí cuando decidimos variar un poco. Últimamente, supongo que por la edad, ya nos va resultando desagradable la idea de comprar "matahambres" de poca calidad, del estilo de pizzas precocinadas, bolsas de patatas o demás snacks del infierno, tortillas envasadas, etc
Que sí, para un momento concreto pueden servir, pero no deben ser costumbre por lo poco sanos que resultan.

Así que... de manera cuasimilagrosa atisbamos una frutería abierta, regentada por un amable árabe que no entendía de fiestas cristianas tradicionales, y allí que nos metimos para hacernos con algunas cosillas que nos permitieran cocinar algo decente.
El menú, improvisado allí mismo: risotto de setas y ensalada de atún y mango. Como la ensalada no tuvo ninguna complicación más allá de lavar, cortar y juntar los ingredientes, procedo a describir la elaboración de nuestro plato estrella express.

Ingredientes para 4-5 personas, o 3 bestias, que son los que comieron el arroz:
- 2 vasos y medio de arroz
- 500g aprox. de setas (el tipo al gusto del consumidor, o lo que haya en la tienda, como en esta ocasión)
- 1 cebolla
- 1 brik de caldo preparado (si puede ser casero mejor, pero no era el caso)
- un chorrete de vino
- un chorrete de aceite
- 1 trozo de queso parmesano, que fue sustituido por media bolsa de queso molido
- pimienta negra y sal
- Unos 100-150g de jamón reseco que quisimos aprovechar como buenos carnívoros que somos (eso y que cortar la pata era como serrar un cadáver, y oye, tenía su puntito)

Preparación
Lo primero es lavar las setas, no seais guarretes. Tras ese pequeño requisito indispensable, cortamos la cebolla y las setas en trozos medianos y tiras de unos 5cm de longitud respectivamente. También picamos el jamón en cachitos pequeños y lo dejamos apartado.






Ponemos el chorrete de aceite a calentar en una cazuela del mayor tamaño posible. Rehogamos la cebolla un pelín y echamos las setas, que empezarán a perder agua y empequeñecerse a una velocidad bestial. Simultáneamente, comenzamos a calentar el caldo.




Tras reducir el líquido fúngico, volcamos el arroz y le damos una pasada.
Rociamos con el chorrete de vino, dejamos reducir, again. Agregamos un cazo de caldo y vamos preparando nuestra paciencia para ir repitiendo este paso una y otra vez hasta que consideremos que el arroz está listo (que serán unos 20 minutos más o menos). Tras la primera volcada de caldo, aderezamos con la sal y la pimienta; mejor no llegar que pasarse, luego podremos aumentar la cantidad si nos quedamos cortos.






Mientras estamos dale que te pego con el caldo y el arroz, doramos el jamón revenío y lo reservamos.




Una vez esté listo el arroz, añadimos el queso molido, lo removemos con cuidado, y ya por último le damos más vida con el jamón, al que previamente habremos escurrido el aceite sobrante.




Que repose un poco, si es posible, y ya estará listo para comer.




Receta muy fácil, resultado más que satisfactorio.

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