Payasos sin honor: revisores-paquete de cercanías

jueves, 15 de abril de 2010
Payasos sin honor. En otras palabras: gente que me molesta.
Es innumerable la cantidad de personas que día a día hacen algo por molestar, por poner su granito de arena para que el mundo sea peor. Así a priori se me ocurren: políticos, trileros, carteristas, hombres-lobo, editores de best-sellers, redactores de revistas del corazón, la crew de cabina de este blog, programadores de Windows Vista y un largo etcétera que podría servir para rellenar la letra de cualquier canción de Sabina.
Dentro de este grupo hay un pequeño apartado para gente que en su trabajo se toca los huevos y se dedica a molestar a la gente de su alrededor. Esta es la experiencia que he tenido hoy con un payaso sin honor: el revisor-paquete de cercanías.

Su billete, por favor.

Estaba cruzando la compuerta grande de la estación de Cercanías de Móstoles, cuando un señor de profundos ojos azules me ha hecho un gesto y me ha dicho que para meter la bicicleta en el tren tenía que esperar hasta las diez. Yo le he dicho que conocía la normativa y que podía meter la bicicleta cuando quisiera.
Por suerte estaba saliendo de la estación, porque si me hubiese encontrado con este revisor-paquete en Madrid, muy probablemente no me habría dejado entrar con la bicicleta, y entonces sí que habríamos tenido un problema, porque yo sin mi bici puedo llegar a ser más persistente que la pava de No sin mi hija con la niña esa cursi.
Pero como la broma era poca, el revisor-paquete me ha dicho que si quería me enseñaba la normativa. ¡A las 8 de la mañana! Creo que había pensado que las cualidades turísticas de Móstoles me habían seducido tanto que había cogido un tren a las 7:45 a.m. para ir a visitar la capital universal del ciclismo deportivo, y que me podía permitir un cuarto de hora de alegre conversación con el pica de turno.
Llegados aquí, recordemos que Contador es de Pinto, no de Móstoles.
Yo le he dicho que me iba a trabajar, y en mi interior la vocecilla demoníaca ha terminado la frase con un "no como tú, compañero, que estás aquí tocándote los huevos todo el día". Como diría Kropotkin, gran diferencia entre un trabajo productivo, en el que me dedico a crear algo (el conocimiento de mis alumnos, que ya van entendiendo el sistema de tildado español, e incluso la sintaxis compuesta), y el suyo, absolutamente improductivo, en el que lo único que crea es mala leche entre la gente, a esa poco favorable hora de la mañana que no me atrevo ni a mentar de nuevo.
Y llega la hora de las pruebas empíricas. El revisor probablemente se refería a este párrafo:


Por supuesto, el revisor conocía algo de la normativa, pero no toda. Al parecer no los contratan totalmente descerebrados, sino que les dan un par de folios para que se los lean antes de ponerlos en las estaciones. Yo, como biciclista que soy, conocía este párrafo:


Así que, como suele decirse: yo tengo razón y tú no.
Por cierto que esta es una de las pocas normativas que he visto respecto a bicicletas en las que prima el buen juicio antes que el obedecimiento ciego a una ley absurda.
Como nota final, ¿os habéis dado cuenta de que escriben viérnes, con tilde? ¿Y Atocha sin A?

Eso es porque aunque eran legisladores buenos, seguían siendo legisladores.
No se le puede pedir peras al olmo.

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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya imbécil, igual se sentía realizado si no te dejaba pasar...

n.S. dijo...

Me dijo "esto pa la próxima". Quería tener la satisfacción del trabajo bien hecho.

trilce dijo...

Escriben "*viérnes" con tilde porque la gente lo dice con muchas ganas.

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