Carta a los madrileños

Estimador madrileños:

Como ya sabéis, estos últimos días la contaminación de nuestra ciudad ha alcanzado niveles muy altos. Cuando digo muy altos quiero decir que a nadie que salga a la calle le pasa inadvertido el mal olor a gasolina quemada, a polvo, a suciedad, que hay en el aire; no hace falta subirse a las Torres Kio para ver la boina que cubre la ciudad. Solo con respirar el aire basta. ¿Os habéis olido el pelo al volver a casa? Eso que oléis, queridos conciudadanos, es pura polución.

Os escribo para haceros una petición muy sencilla. Por favor, no cojáis el coche.

Dejemos de insultar ya a la consejera de Medio Ambiente, nuestra querida Ana Botella, y de echarle toda la culpa. ¿Acaso ella conduce cuatro millones de coches al día? No, conciudadanos. Los coches los conducimos nosotros. Ella debería tomar cartas en el asunto, pero hasta que lo haga, toda la responsabilidad es nuestra. Tuya. Mía. Basta ya de echarle la culpa a los demás. La culpa la tienes tú, querido madrileño, que coges el coche hasta para ir a comprar el pan. Dejemos de decir que el metro de Madrid, o los autobuses, son insuficientes. Es mentira. La mayor parte del día el metro va vacío, porque nosotros, los madrileños, preferimos coger el coche.

Te pido, querido madrileño, que dejes el coche por unos días. Ni siquiera te pido que lo quemes, que lo abandones para siempre. Solo espera hasta que llueva un poco para poder seguir polucionando a gusto.

Pero si no lo haces, al menos no le eches la culpa a nadie, porque es tu coche, y no un consejero del ayuntamiento, el que llena de puta mierda Madrid.

Atentamente,

Nacho Sáenz.